El alcornoque (Quercus suber) crece en ciertas partes de Europa, sobre todo en el área mediterránea. España y Portugal son los principales países productores del mundo, y especialmente Cataluña. Su uso como tapón de botellas y recipientes para el vino data de muy antiguo, y se sabe que los monjes benedictinos del monasterio de Hautvillers, en el corazón de la Champagne (Francia), ya lo usaban para tapar sus vinos. Antes del uso del corcho, las botellas se tapaban o sellaban probablemente con un trozo de tela encerada, y antes, probablemente con brea.
Los alcornoques necesitan entre ocho y nueve años para producir una buena corteza de corcho que pueda ser retirada del tronco sin dañar el árbol. Las cortezas de corcho son, antes que nada, hervidas en agua; después, el corcho de mayor calidad pasa por un proceso de secado y maduración al aire libre. La industria corchotaponera esteriliza los tapones antes de comercializarlos.
El tamaño y la forma del tapón de corcho varían en función del tipo de vino. Para los vinos de guarda o que se orientan a una larga maduración suelen utilizarse tapones cilíndricos de unos 7 cm de largo. Para vinos de calidad de consumo más temprano se suelen usar tapones de 4,9 cm, y para vinos jóvenes y cosecheros basta con tapones de 4 cm o menos. En la actualidad, algunos vinos dulces, el jerez y otros vinos presentan tapones con una corona de plástico o metal en el extremo exterior que hace innecesario el uso de sacacorchos. Los tapones de los vinos espumosos, champanes y cavas presentan una característica forma de champiñón al descorcharse, y para su extracción no es necesario el sacacorchos.
La mayoría de bodegas imprimen su marca en el lateral de los tapones o, especialmente en el caso de los vinos espumosos, en la base de los mismos. Más recientemente, algunas bodegas optan por tapones hechos con un tipo especial de silicona alimentaria muy densa y flexible. Y aquellas, como Paniza, muy enfocadas a la exportación apuestan por el tapón de rosca para algunos de sus vinos, ya que están muy presente en países como Nueva Zelanda, Australia, África del Sur o Chile. De hecho, según un estudio realizado en 2014 por la consultora de investigación de mercados IPSOS, el tapón de rosca es el preferido de los consumidores europeos.