Las vides que trajeron, arraigaron bien en nuestra seca y pedregosa tierra. Desde entonces, se estableció una próspera industria vinícola que dio lugar a la fundación de colonias y aldeas que florecían a la sombra de las viñas y el comercio del vino. Así pues, en el año 50 a.C. se funda Caræ, el asentamiento romano que da nombre a nuestra región viticultora y que hoy conocemos como Cariñena.
Nuestras cepas están localizadas en una privilegiada zona al sur del Sistema Ibérico y son las que maduran a una mayor altitud de entre todos los viñedos enmarcados en la Denominación de Origen Protegida Cariñena. Crecer a 850 metros sobre el nivel del mar, confiere a los frutos de nuestros viñedos unas características especiales y únicas.